martes, 12 de marzo de 2013

'Hora de aventuras': nueve comidas de Ooo y una receta de albóndigas



Albondigas con espaguetis de hora de aventuras
La hojita de albahaca no se ve, pero está detrás. / EL COMIDISTA

 


Creo que nunca olvidaré la primera vez que vi Hora de aventuras. Fue un día que llegué bastante cansado a casa, me senté delante de la tele y, aburrido de todo lo que daban, caí en un episodio que estaban dando en Boing. Finn, un niño extraño con gorro blanco, mochila verde y espada mágica, y Jake, un perro-mago que toca el violín, se metían dentro de un vídeojuego de su consola y vivían una serie de peripecias que me dejaron clavado al sofá. Pocas veces había visto en una serie de animación infantil una imaginación tan exuberante, una atmósfera tan alucinatoria y unos diálogos tan alejados de la mongolez habitual en esta clase de programas para niños.



Es imposible no quedarse pillado de Hora de Aventuras. Tengas la edad que tengas, entre 0 y 208 años, las aventuras de Finn y Jake y todos los personajes periféricos que les rodean, desde la sexy vampira Marceline hasta el malvado Rey Hielo, Lady Arco Iris o la Princesa Bultos nunca te dejan indiferente. Tienen el punto exacto de fantasía, chaladura y números musicales, y estéticamente son preciosos. Pero, ¿por qué nos gustan tanto estos personajillos coloristas que parecen estar en ácido el 99% del tiempo?


"Además de talento visual y creativo, hay un respeto muy grande hacia el espectador, especialmente hacia el espectador niño", explican dos fanses de la serie, Xavi Daura y Esteban Navarro (más conocidos como Venga Monjas). "Eso arrastra también a los adultos a la fiesta. Lo mismo pasa con las películas o la literatura para niños: si están hechas con respeto, tratando al niño como una persona inteligente, lo normal es que los adultos también lo disfruten. Si tratan a los niños como idiotas (que es lo más común) para un adulto eso será muy aburrido, incluso para el mismo niño”.


Además de dedicarse a salvar princesas y viajar de Chuchelandia a Pradosverdes, a Finn, Jake y los demás también les gusta comer. Entre Mònica Escudero, otra fanática de la serie, y yo hemos seleccionado algunos de los platos que aparecen en diferentes episodios, y elaborado una receta tan buena que a Finn le sirve para animarse cuando está triste o deprimido.

1. El sandwich perfecto

Lo preparara la Princesa Chicle para Don Polvorón usando la física y la química como herramientas, lo cual complica mucho su preparación a pesar de que solo tiene 4 ingredientes: pan, lechuga, tomates y queso (conseguido centrifugando una vaca entera). Cuando se lo da, Don Polvorón se mete el sandwich directamente en el estómago, sin pasar por la boca.


 


2. La tarta de manzana de Trompi

El elefantito Trompi prepara una de las comidas favoritas de Finn y Jake, que incluso les ayuda a recuperar su salud después de alguna aventura épica. Aunque sus ingredientes son secretos, cuando Trompi y Jamón cantan la impagable canción Sueño de Amor podemos ver como trabaja la masa, y le añade manzanas de su huerto.

 


3. Las patatas de Marceline

La relación entre la vampira y su padre, Justo Chupaalmas, un demonio “absolutamente malvado” que vive en la Nocheosfera, es bastante difícil. Estas patatas, que Marceline guardaba celosamente y su padre se comió, fueron uno de los pilares del conflicto paternofilial. Marceline se libera de ese peso cantándole esta pegadiza canción.

 


4. Leche de insecto

Posiblemente por culpa de la Guerra de los Champiñones, en Ooo empezaron a escasear las vacas, y sus habitantes tuvieron que buscar otras fuentes de leche. Si se te caduca no te preocupes, puedes usarla para entrar en la Nocheosfera: solo tienes que dibujar una cara sonriente en el suelo, derramar la leche encima y entonar las palabras: "Maloso vobiscum et cum spiritu".


Leche insecto hora aventuras


 


5. El “burrito de todo” de Jake

Un desayuno sencillito preparado por Jake una mañana cualquiera. Se compone de absolutamente TODO lo que tenía en la cocina, incluidas las sartenes, ollas, espátulas y leche con brik y todo. Esta es la escena del baile y la declaración de amor de Jake al burrito en inglés.

 

 


6. Jugo de jamón

Uno de los potingues que componen la Bebida del Perdedor, que ingredientes tan variados y apetecibles como la jalea de uva, el kimchi coreano o la mantequilla de escarabajo. Está pensada para que se la beba el perdedor del episodio La guerra de las cartas, mientras el ganador se bebe una limonada con gas.


Ham chunk juice


 


 7. Macarrones con queso del Rey Hielo (alerta, SPOILER)



Aunque normalmente no es demasiado amable, después de devolverle el Enchiridión (un libro mágico) a Fionna, el alter ego femenino de Finn, el Rey Hielo le ofrece una bandeja de macarrones con queso hechos por él para hacer las paces. En este episodio, titulado Little Bad Boy y aún no estrenado en España, todos los personajes cambian de género.

 

 


8. Los Chuches

Todos los habitantes de Chuchelandia son comestibles. Algunos son piezas de pastelería o bollería, como Señor Magdalena; otros, caramelos como el Mayordomo Menta o frutas como el Plátano Guardián. Se lo creen todo, y cuando se asustan corren el riesgo de explotar.



Los chuches


 


9. Tartas Reales de Chuchelandia

El manjar más delicioso de Ooo solo se sirve durante la Ceremonia Anual del Masaje, y los más golosos no tienen miedo a la cárcel con tal de comerse uno. Cuando el encargado de su seguridad, el Porta Tartas Real, se quedó ciego, sordo y gagá, Finn y Jake tuvieron que tener cuidado de que llegaran bien al Salón del Congreso Real.


Tarta hora de aventuras



 


10. Espaguetis con albóndigas de Finn


Este no es el plato más rápido de preparar del mundo, pero tampoco hace falta tener el cerebro de la Princesa Chicle para hacerlo. De hecho, ni siquiera se fríen las albóndigas sino que se hacen directamente en la salsa: quedan más jugosas y, sorprendentemente, no se deshacen. Solo hay que escoger bien la carne (NOTA: cada vez que se hacen albóndigas con esa carne picada mezclada con soja y cereales y demás, Dios mata a dos Chuches), tener paciencia con la salsa –si se hace a fuego lento, el tomate quedará más dulce– y asegurarse de que los tomates no son de porexpán (seguramente esto sea lo más complicado de todo). Aparte de eso y de saber preparar la pasta al dente, no tiene más secretos. Esta salsa va con trocitos, pero si se quiere conseguir una textura finísima, se puede hacer una passata (puré de tomate sin piel ni pepitas) con el tomate antes de cocinarla.


Ingredientes 


Para 4 personas
Para la salsa
• 1,5 kilos de tomates pera, frescos o enteros en lata (peso una vez escurridos)
• 1 cebolla grande
• 3 dientes de ajo
• Unas 12 hojas de albahaca genovesa (la de hoja grande)
• Aceite de oliva virgen extra
• Sal
• Pimienta
• Azúcar (si es necesario)


Para las albóndigas
• 300 gramos de carne de cerdo picada (cabeza de lomo o pierna, por ejemplo)
• 300 gramos de carne de ternera picada (jarrete o brazuelo)
• 2 dientes de ajo
• 100 gramos de pan seco
• Leche entera
• 2 huevos
• Sal
• Pimienta
• Perejil fresco


Además
• 300 gramos de spaguetti (en seco)


 


Preparación


1. Escaldar, pelar y quitar los pedúnculos de los tomates (si usamos tomate entero de bote, solo el último paso). Cortar a dados y reservar. Poner en una olla ancha con un chorro generoso de aceite la cebolla, pelada y picada, a fuego medio. Cuando empiece a dorarse, añadir también los ajos, finamente picados. Poner el tomate, un poco de sal, bajar el fuego y dejar cocinar destapado. 


2. Trocear el pan, mojar con la leche y, cuando ya esté blando, escurrirlo ligeramente. Picar fino el ajo y unas 2 cucharadas soperas de perejil fresco. Mezclar con el pan mojado en leche, las carnes picadas y los dos huevos. Salpimentar y mezclar durante un buen rato con las manos.  


3. Cuando la salsa de tomate haya reducido bastante y casi se haya cocinado (unos 25 minutos, dependiendo del tamaño de la olla y otros factores), comprobar si la salsa ha quedado muy ácida y si es necesario ponerle un poco de azúcar. Rectificar, remover e ir haciendo bolitas de carne picada y poniéndolas con cuidado encima de la salsa. Cocinar tapado y a fuego lento unos 15 minutos más, añadiendo la albahaca picada (reservando 4 hojas para decorar) 5 minutos antes del final. 


4. Cocinar la pasta al dente en abundante agua con sal según instrucciones y montar el plato poniendo un nido de pasta, las albóndigas encima, una cantidad generosa de salsa y una hoja de albahaca fresca. 


5. Comer en una casa de árbol mientras se ve Hora de Aventuras